viernes, 13 de abril de 2012

Relflexión Anti-enseñanza

El texto presenta ideas muy polémicas de las cuales algunas comparto y otras no tanto.
Creo que los jóvenes estudiantes están hechos para aprender de acuerdo a sus intereses. Puede ser que si al alumno se le presenta un tema de forma covencional, donde el adulto habla y el joven escucha es probable que no resulte interesante. En cambio si presentamos el tema de una forma que también involucre a los alumnos, de una forma más atractiva, seguramente logremos mejores resultados y el chico se sienta motivado a aprender.
No considero que la enseñanza sea un obstáculo para el aprendizaje, si considero que la enseñanza es el punta pie inicial y luego de forma autónoma el joven realiza y continúa su aprendizaje.
Con respecto a las afirmaciones que realiza el autor considero que no necesariamente "el mejor aprendizaje ocurre en ausencia del docente", pues en el contexto donde trabajo los alumnos carecen de adultos referentes y se observa la necesidad que los jóvenes tienen de encontrar un adulto guia.
Estoy totalmente de acuerdo que las buenas preguntas generan mayor y mejor aprendizaje.
También considero que la disposición espacial del aula debe cambiar para lograr un ambiente más cálido donde todos logremos mirarnos a la cara, pero mientras nuestros grupos sean de 45 alumnos en un salón muy reducido es imposible de lograr.

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo, Natalia, con lo que planteas. Pero con algunas salvedades:

    - quizá existan prácticas que se consideran "enseñanza" que sí funcionan como obstáculo para los aprendizajes, que deberían dejar de llamarse "enseñanza". Me refiero a "docentes" que van a sus clases exclusivamente a leer el libro de texto de la asignatura, a dictar, a evaluar pidiendo a sus alumnos que repitan lo mismo con las mismas palabras que ellos lo dijeron (quizá deberíamos dejar de llamarlos "docentes"). Y con esto no estoy diciendo que la lectura no sea rica (siempre que esté guiada y sea punto de partida para el análisis), que la técnica del dictado en determinadas instancias no pueda ser útil, o que la memoria sea una capacidad que no deba ejercitarse. Estoy diciendo que enseñar es mucho más que esto.

    - creo que existen aprendizajes aunque no haya una actitud explícita o intencional de enseñar, desde el principio de la vida, que parten de la curiosidad infantil y el deseo de autonomía, íntimamente relacionadas con la relación social que se establece con padres y cuidadores. Esta actitud se podrá estimular o inhibir con determinadas actitudes. Por eso no diría que los chiquilines necesiten de la "enseñanza" (explícita, intencional) como punto de partida para generar aprendizajes en un sentido general. Sí creo que necesitan de un vínculo con alguien que aprecien, que se encuentre en su zona de desarrollo proximal y funcione como facilitador.
    Ahora, para algunos aprendizajes específicos, más relacionados con lo académico, creo que se hace necesaria la acción intencional de enseñar, y es allí donde entra (en nuestra cultura) la figura del docente.

    - Que hoy el docente deba dedicar la mayor parte de su tiempo a enseñar la convivencia, el respeto propio y mutuo, a enseñar a pensar, a cuestionar, a tener curiosidad; en lugar de dedicarse a trabajar sobre los contenidos y los procesos de pensamiento específicos de su asignatura, creo que es un tema distinto. Tiene más que ver con eso que planteas más arriba, con la ausencia de referentes, con esta situación social de pauperización de los vínculos parentales, que hace que, más allá de que existan padres físicos, quizá estos adultos no se comporten (o no puedan comportarse) como tales. Seguramente sea por esta situación que piense que, tal como tú afirmas, hoy no puedo concebir que los mejores aprendizajes se den en ausencia de docentes.

    - ¿Se pueden ponderar los aprendizajes por orden de importancia? ¿Hay mejores o peores? ¿Qué los hace ser mejores o peores?

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